El Dios Triste

Mirando la alameda de otoño lacerada,

la alameda profunda de vejez amarilla,
como cuando camino por la hierba segada
busco el rostro de Dios y palpo su mejilla.

Y en esta tarde lenta como una hebra de llanto
por la alameda de oro y de rojez yo siento
un Dios de otoño, un Dios sin ardor y sin canto
¡y lo conozco triste, lleno de desaliento!

Y pienso que tal vez Aquel tremendo y fuerte
Señor, al que cantara de locura embriagada,
no existe, y que mi Padre que las mañanas vierte
tiene la mano laxa, la mejilla cansada.

Se oye en su corazón un rumor de alameda
de otoño: el desgajarse de la suma tristeza.
Su mirada hacia mí como lágrima rueda
y esa mirada mustia me inclina la cabeza.

Y ensayo otra plegaria para este Dios doliente,
plegaria que del polvo del mundo no ha subido:
"Padre, nada te pido, pues te miro a la frente
y eres inmenso, ¡inmenso!, pero te hallas herido".

Gabriela Mistral

Crecer

Si el día de mañana ya no estuvieras
si una de mis estrellas se alejara,
una parte de mi corazón se rompería.
Estaría alegre porque creciste y marchaste
pero te llevarías una parte de mí,
un recuerdo constante de que siempre estarás acá
donde una parte de ti se quedara
un lugar que marcaste sin saber
que nunca podrá ser ocupado por otra estrella
y quedara para siempre un espacio sin ti.

Amargura

Suave tristeza, es mi dulce traición,
egoísmo profundo, que impide que la verdad sea mi único camino.
Dulce amargor del dolor que yo mismo e impuesto en mi corazón,
agria alegría, oculta por mis temores,
ópalos brillantes que me miran
y suave brisa que me susurran que los deje
por que mi oscuridad me ha comido y los quiere a ellos.

Siento

tibio rio, bajas suavemente
naciendo en el ardor de mi decepcion

Evasión

Dulce dolor, mi suave consuelo,
una mentira que me hace olvidar
quiero abandonarte pero no puedo.
Cada pequeña luz no dura suficiente
para dejarme ver la verdad.
Me rendí antes de llegar,
solo no quiero llorar,
Ese sangrante placer
esa dulce mentira
cada una permite mi mundo girar.
Aunque sea por un segundo
un solo instante de felicidad el me permite
pero se olvida por mi dulce dolor.

Sus ojos me ruegan
que les diga la verdad,
y que mi alma los cobije
pero que puedo hacer, si esta ya no existe
la soledad que poco a poco la a comido,
lentamente tomo su lugar.
como un pequeño cancer,
dejando un mar negro en su lugar.
una carcaza.
un cuerpo vacio
que ya no puede gritar.
Que ya no tiene calor para dar
mi cuerpo esta frio
lo siento.

quiero mirar adelante y no temer
quiero saber que el dia de mañana no temere
deseo no arrepentirme de mi camino y mis deciciones
que el dia de mañana poder mirar al frente y decir soy yo
no abandonadonar mis creencia.

deseo poder decir siempre que no dañe a nadie
y si alguna ves lo hice no fue con la intencion de dañar.
quiero mirar mi futuro sin temor
y sobretodo quiero mirarme y quererme

humedad, siendo como esta ya me invades, la sangre que corres es mia?,
que puedo hacer la soledad nuevamente me alcanza, es un demonio que no desea abandonarme, porque, deseo arrancar de el pero me alcanza cada ves.
siento como esas pequeñas ninfas que me acompañan y lo alejan me avandonas porque
que hice. no soy para ellas un angel.
y los calidos brazos de mis guardianes que me cobijaban, no los siento.
su calor ya me a dejadon, siento el frio.
no queiro, por favor regrensen
no me abandon
porque.